Artes escénicas
- facundocastro18
- 12 jun 2023
- 2 Min. de lectura
En un cumpleaños de mi mamá, a principios de los años noventa, mi viejo nos llevó a cenar a Los Cabritos, un restaurante conocido en mataderos, eso era un verdadero evento porque no siempre se podía salir a cenar afuera. Nos pusimos las mejores ropas y la magnitud del evento era tan grande que hasta ameritaba ponerme un poquito de perfume Paco, reservado para ciertos festejos. Yo tenía tres perfumes Paco, dos sin abrir, que me los habían regalado mis amigos para un cumpleaños, siempre recibías al menos dos o tres Paco, te quedabas con uno y tenias dos para regalar en el próximo cumpleaños que te invitaran.
La cosa es que, en medio de la cena, cuando ya nos habían servido la comida, se hacen presentes en el lugar, tres actores personificados de mimos, lo cual todos los que estábamos en ese lugar pensamos que era parte de un espectáculo, miré a mi viejo y pensé, que grande Pa, que nos trajo a una cena show, pero toda esa hermosa escena se cayó como un castillo de naipes cuando uno de los mimos se acerco a la caja, desenfundó una nueve milímetros y gritó “esto es un asalto, quédense todos piolas” en ese momento otros de los mimos, realmente metido en su papel de humorista mudo, pasó por las mesas sustrayendo las pertenecías de valor de cada persona, haciendo los gestos y movimiento exagerados que hacen los mimos al mejor estilo Marcel Marceau. Mi mamá, rápida, se saco el anillo de oro y lo escondió entre mis ravioles a la boloñesa, pero mi viejo tuvo que entregar la billetera con los documentos que unos días después aparecieron.
Lo mejor de esa noche, obvio, es que nadie salió herido y aunque terminamos todos dando declaración en la comisaria de la zona, los dueños del restaurante no le cobraron a nadie la cena, y yo esa noche... descubrí que me gustaba la actuación.
Lo estoy reviviendo 😂
Jajajaja muy bueno!